INVESTIGACIÓN EDUCATIVA Y TRABAJO DOCENTE

REFLEXIONES SOBRE LA PRODUCCIÓN DE CONOCIMIENTO PEDAGÓGICO

Docente/coordinador: Miguel Duhalde

Clase 3

Eje temático II: Problematización de los contextos y perspectivas de los docentes que hacen investigación desde la escuela

La complejidad del mundo socioeducativo como objeto de conocimiento. La construcción social de las situaciones problemáticas y de los objetos-problemas. El lugar de la teoría y el estado de debate (antecedentes).

Presentación de la clase

En las Ciencias Sociales en general y en el campo de la educación en particular, los objetos de conocimiento son fenómenos y procesos sociales, con su peculiaridad y complejidad, que requieren de una metodología de investigación que reconozca su naturaleza intrínseca (características y propiedades).

En tal sentido, es necesario remarcar que existe una sustancial diferencia entre lo que entendemos por “objeto real” y “objeto construido”. Cuando nos referimos al “objeto construido”, estamos haciendo referencia a “un producto del pensamiento y de la concepción” (Bourdieu, 1995). En la construcción del objeto de conocimiento siempre hay un sujeto, en una determinada posición social, que interpreta la realidad y que establece relaciones conceptuales entre las “cosas” que forman parte de “lo real”.

En “El oficio de Sociólogo”, Bourdieu sostiene que “el acto científico fundamental es la construcción del objeto” y da total primacía a esta instancia, en la producción de conocimiento. De todos modos, en necesario aclarar que, habitualmente, se tiende a reducir la construcción del objeto con un momento, inicial, inaugural, para luego continuar con el trabajo propiamente dicho (inclusive, hasta en el campo científico se la identifica con la etapa de elaboración del “proyecto de investigación”). Sin embargo, desde la perspectiva que estamos proponiendo, esta construcción no es algo que solamente se haga al principio, de una sola vez y para siempre, sino que se da paso a paso, a lo largo de toda la investigación; y se lleva a cabo con la definición, revisión, corrección y permanente reflexión crítica del proceso de producción de conocimientos.

Gimeno Sacristán y Pérez Gómez (1996), ya hace bastante tiempo, planteaban al respecto, que los fenómenos sociales en general y los educativos en particular, manifiestan dos características que los diferencian claramente de los fenómenos naturales:

  • “El carácter radicalmente inacabado de los mismos, su dimensión creativa, autoformadora, abierta al cambio intencional”.
  • “La dimensión semiótica de tales fenómenos. La relación en parte indeterminada y, por tanto, polisémica entre el significante observable y el significado latente, de todo fenómeno social o educativo”

Hechos estos planteos sobre “el objeto”, se torna necesario reconocer también la importancia del “sujeto” en este proceso; pues no hay investigación posible sin la existencia de un sujeto que investiga. La pregunta al objeto, su definición, focalización, observación y abordaje, indefectiblemente provienen desde un espacio y un tiempo en donde el sujeto se constituye como tal. Es decir, no es posible construir el objeto sin “cometer el crimen de la perspectiva”, al decir de Nietzsche.

La paradoja de las ciencias sociales, es que los objetos reales son, justamente, las relaciones e interacciones entre los sujetos en sociedad. Este sujeto cognoscente se convierte, a la vez, en objeto propio de las ciencias sociales. Más allá de esta particularidad, las ciencias sociales comparten con las ciencias naturales el principio epistemológico relacionado a la “ruptura”, a la superación del saber inmediato, superficial y aparente, para “conquistarlos” como productos del pensamiento, para construirlos como objetos de conocimiento. Es Gastón Bachelard quien introduce la idea de que “el objeto (de estudio) se crea, se construye, se conquista”, en el sentido de que es  necesario plantear el problema del conocimiento científico en términos de obstáculos epistemológicos.

Es por ello que la “problematización” entendida como el proceso de construcción del problema de investigación, cobra un lugar central en los procesos de investigación.

Tal como lo desarrolla María Teresa Sirvent, “la situación problemática es la situación de la realidad que preocupa al investigador. Un mismo contexto de descubrimiento puede dar lugar a diferentes situaciones problemáticas. Una misma situación problemática, puede dar lugar a diversos problemas de investigación”.

 


En todo este proceso de construcción del objeto-problema, “la teoría” juega un papel fundamental. En tal sentido, hay dos componentes en todo diseño de investigación que especialmente dan cuenta de la función que juega la teoría, según la perspectiva o enfoque de investigación que se asuma o adopte. Estos componentes son: el “Estado del arte” y el “Marco Teórico”. Usamos ex profeso las denominaciones con las que más habitualmente se los conoce a estos componentes. Pero también son conocidos como “antecedentes” o “estado de la situación”, en el primer caso; y “encuadre teórico” o “contexto conceptual” para el segundo caso.

Antecedentes / Estado del arte / Estado de la situación

Los antecedentes se refieren a lo que se ha investigado o estudiado sobre el objeto/problema que se focaliza en cualquier investigación. Estos antecedentes son la justificación académica de una investigación porque dan cuenta que lo que se va a investigar no se ha investigado aún, o que se ha investigado dejando ciertos interrogantes, o que se ha hecho con ciertos métodos con los que no se coincide o acuerda.

En toda investigación constituyen la forma escrita en la que queda expresa el proceso cognitivo que se ha desarrollado, mediante la lectura de la bibliografía encontrada en relación al problema de investigación y temas conexos. Y se puede decir que es un “montaje de producciones” que incluye informes de investigación, artículos de revistas científicas, tesis o trabajos finales presentados en congresos, simposios, etc. Este montaje tiene dos momentos, uno heurístico y otro hermenéutico.

Marco Teórico / Encuadre teórico conceptual

Son los conceptos básicos y enunciados de suposiciones que operan como encuadre de punto de partida del investigador. En este componente del diseño de investigación se señalan los conceptos y presupuestos teóricos que el investigador tiene de punto de partida (suposiciones de anticipación de sentido). Al decir de María Teresa Sirvent, “en función del problema, se pueden enunciar los conceptos orientadores de las primeras decisiones y su ´puesta en la mochila´ para sacarlo si el trabajo en terreno lo sugiriera. Se busca y se trabaja con la teoría para: A) descubrir categorías (clases), sus propiedades y las relaciones entre clases en la construcción de una trama diferente, que hace a una unidad de sentido diferente. B) ir relacionando con las teorías existentes a lo largo del proceso en terreno. C) comenzar con teorías conocidas y abrirlas. D) para desarrollar un proceso de ida y vuelta dónde es importante el insight y la noción de ´saturación´ apoyada en una ´sensibilidad teórica´ (Glazer & Strauss). La sensibilidad teórica es la habilidad de reconocer qué es importante en los datos y darle su significado”.

Por su parte, Ruth Sautú plantea que “el marco teórico constituye un corpus de conceptos de diferentes niveles de abstracción articulados entre sí que orientan la forma de aprehender la realidad. Incluye supuestos de carácter general acerca del funcionamiento de la sociedad y la teoría sustantiva o conceptos específicos sobre el tema que se pretende analizar”.

En el nivel más general de la teoría encontramos el paradigma. “Este constituye un conjunto de conceptos teórico-metodológicos que el investigador asume como un sistema de creencias básicas que determinan el modo de orientarse y mirar la realidad. Estos principios funcionan como supuestos que orientan la selección misma del problema o fenómeno a investigar, la definición de los objetivos de investigación y la selección de la estrategia metodológica para abordarlos”.

“La teoría general está constituida por un conjunto de proposiciones lógicamente interrelacionadas que se utilizan para explicar procesos y fenómenos. Este marco conceptual implica una visión de la sociedad, del lugar que las personas ocupan en ella y las características que asumen las relaciones entre el todo y las partes. Al llevar implícitos los supuestos acerca del carácter de la sociedad, la teoría social, al igual que el paradigma, también influye acerca de lo que puede o no ser investigado, condiciona las preguntas que nos hacemos y el modo en que intentamos responderlas”.

En un nivel menor de abstracción se encuentra la teoría sustantiva: “Está conformada por proposiciones teóricas específicas a la parte de la realidad social que se pretende estudiar. A partir de ella se definirán los objetivos específicos de investigación y se tomarán otras decisiones relevantes acerca de otras etapas del diseño, como por ejemplo aquellas referidas a la técnica de recolección de los datos: la definición de las preguntas del cuestionario en el caso de una encuesta, o en la selección de temas, ejes y conceptos sensibilizadores en una entrevista semi-estructurada o una guía de observación”.

En las Ciencias Sociales en general y en el campo de la educación en particular, los objetos de conocimiento son fenómenos y procesos sociales, con su peculiaridad y complejidad, que requieren de una metodología de investigación que reconozca su naturaleza intrínseca (características y propiedades).

En tal sentido, es necesario remarcar que existe una sustancial diferencia entre lo que entendemos por “objeto real” y “objeto construido”. Cuando nos referimos al “objeto construido”, estamos haciendo referencia a “un producto del pensamiento y de la concepción” (Bourdieu, 1995). En la construcción del objeto de conocimiento siempre hay un sujeto, en una determinada posición social, que interpreta la realidad y que establece relaciones conceptuales entre las “cosas” que forman parte de “lo real”.

En “El oficio de Sociólogo”, Bourdieu sostiene que “el acto científico fundamental es la construcción del objeto” y da total primacía a esta instancia, en la producción de conocimiento. De todos modos, en necesario aclarar que, habitualmente, se tiende a reducir la construcción del objeto con un momento, inicial, inaugural, para luego continuar con el trabajo propiamente dicho (inclusive, hasta en el campo científico se la identifica con la etapa de elaboración del “proyecto de investigación”). Sin embargo, desde la perspectiva que estamos proponiendo, esta construcción no es algo que solamente se haga al principio, de una sola vez y para siempre, sino que se da paso a paso, a lo largo de toda la investigación; y se lleva a cabo con la definición, revisión, corrección y permanente reflexión crítica del proceso de producción de conocimientos.

Gimeno Sacristán y Pérez Gómez (1996), ya hace bastante tiempo, planteaban al respecto, que los fenómenos sociales en general y los educativos en particular, manifiestan dos características que los diferencian claramente de los fenómenos naturales:

  • “El carácter radicalmente inacabado de los mismos, su dimensión creativa, autoformadora, abierta al cambio intencional”.
  • “La dimensión semiótica de tales fenómenos. La relación en parte indeterminada y, por tanto, polisémica entre el significante observable y el significado latente, de todo fenómeno social o educativo”

Hechos estos planteos sobre “el objeto”, se torna necesario reconocer también la importancia del “sujeto” en este proceso; pues no hay investigación posible sin la existencia de un sujeto que investiga. La pregunta al objeto, su definición, focalización, observación y abordaje, indefectiblemente provienen desde un espacio y un tiempo en donde el sujeto se constituye como tal. Es decir, no es posible construir el objeto sin “cometer el crimen de la perspectiva”, al decir de Nietzsche.

La paradoja de las ciencias sociales, es que los objetos reales son, justamente, las relaciones e interacciones entre los sujetos en sociedad. Este sujeto cognoscente se convierte, a la vez, en objeto propio de las ciencias sociales. Más allá de esta particularidad, las ciencias sociales comparten con las ciencias naturales el principio epistemológico relacionado a la “ruptura”, a la superación del saber inmediato, superficial y aparente, para “conquistarlos” como productos del pensamiento, para construirlos como objetos de conocimiento. Es Gastón Bachelard quien introduce la idea de que “el objeto (de estudio) se crea, se construye, se conquista”, en el sentido de que es  necesario plantear el problema del conocimiento científico en términos de obstáculos epistemológicos.

Es por ello que la “problematización” entendida como el proceso de construcción del problema de investigación, cobra un lugar central en los procesos de investigación.

Tal como lo desarrolla María Teresa Sirvent, “la situación problemática es la situación de la realidad que preocupa al investigador. Un mismo contexto de descubrimiento puede dar lugar a diferentes situaciones problemáticas. Una misma situación problemática, puede dar lugar a diversos problemas de investigación”.

 


En todo este proceso de construcción del objeto-problema, “la teoría” juega un papel fundamental. En tal sentido, hay dos componentes en todo diseño de investigación que especialmente dan cuenta de la función que juega la teoría, según la perspectiva o enfoque de investigación que se asuma o adopte. Estos componentes son: el “Estado del arte” y el “Marco Teórico”. Usamos ex profeso las denominaciones con las que más habitualmente se los conoce a estos componentes. Pero también son conocidos como “antecedentes” o “estado de la situación”, en el primer caso; y “encuadre teórico” o “contexto conceptual” para el segundo caso.

Antecedentes / Estado del arte / Estado de la situación

Los antecedentes se refieren a lo que se ha investigado o estudiado sobre el objeto/problema que se focaliza en cualquier investigación. Estos antecedentes son la justificación académica de una investigación porque dan cuenta que lo que se va a investigar no se ha investigado aún, o que se ha investigado dejando ciertos interrogantes, o que se ha hecho con ciertos métodos con los que no se coincide o acuerda.

En toda investigación constituyen la forma escrita en la que queda expresa el proceso cognitivo que se ha desarrollado, mediante la lectura de la bibliografía encontrada en relación al problema de investigación y temas conexos. Y se puede decir que es un “montaje de producciones” que incluye informes de investigación, artículos de revistas científicas, tesis o trabajos finales presentados en congresos, simposios, etc. Este montaje tiene dos momentos, uno heurístico y otro hermenéutico.

Marco Teórico / Encuadre teórico conceptual

Son los conceptos básicos y enunciados de suposiciones que operan como encuadre de punto de partida del investigador. En este componente del diseño de investigación se señalan los conceptos y presupuestos teóricos que el investigador tiene de punto de partida (suposiciones de anticipación de sentido). Al decir de María Teresa Sirvent, “en función del problema, se pueden enunciar los conceptos orientadores de las primeras decisiones y su ´puesta en la mochila´ para sacarlo si el trabajo en terreno lo sugiriera. Se busca y se trabaja con la teoría para: A) descubrir categorías (clases), sus propiedades y las relaciones entre clases en la construcción de una trama diferente, que hace a una unidad de sentido diferente. B) ir relacionando con las teorías existentes a lo largo del proceso en terreno. C) comenzar con teorías conocidas y abrirlas. D) para desarrollar un proceso de ida y vuelta dónde es importante el insight y la noción de ´saturación´ apoyada en una ´sensibilidad teórica´ (Glazer & Strauss). La sensibilidad teórica es la habilidad de reconocer qué es importante en los datos y darle su significado”.

Por su parte, Ruth Sautú plantea que “el marco teórico constituye un corpus de conceptos de diferentes niveles de abstracción articulados entre sí que orientan la forma de aprehender la realidad. Incluye supuestos de carácter general acerca del funcionamiento de la sociedad y la teoría sustantiva o conceptos específicos sobre el tema que se pretende analizar”.

En el nivel más general de la teoría encontramos el paradigma. “Este constituye un conjunto de conceptos teórico-metodológicos que el investigador asume como un sistema de creencias básicas que determinan el modo de orientarse y mirar la realidad. Estos principios funcionan como supuestos que orientan la selección misma del problema o fenómeno a investigar, la definición de los objetivos de investigación y la selección de la estrategia metodológica para abordarlos”.

“La teoría general está constituida por un conjunto de proposiciones lógicamente interrelacionadas que se utilizan para explicar procesos y fenómenos. Este marco conceptual implica una visión de la sociedad, del lugar que las personas ocupan en ella y las características que asumen las relaciones entre el todo y las partes. Al llevar implícitos los supuestos acerca del carácter de la sociedad, la teoría social, al igual que el paradigma, también influye acerca de lo que puede o no ser investigado, condiciona las preguntas que nos hacemos y el modo en que intentamos responderlas”.

En un nivel menor de abstracción se encuentra la teoría sustantiva: “Está conformada por proposiciones teóricas específicas a la parte de la realidad social que se pretende estudiar. A partir de ella se definirán los objetivos específicos de investigación y se tomarán otras decisiones relevantes acerca de otras etapas del diseño, como por ejemplo aquellas referidas a la técnica de recolección de los datos: la definición de las preguntas del cuestionario en el caso de una encuesta, o en la selección de temas, ejes y conceptos sensibilizadores en una entrevista semi-estructurada o una guía de observación”.

Textos y materiales de la clase

Gimeno Sacristán J., Pérez Gómez A. (1996). “Comprender y transformar la enseñanza.” Ediciones Morata. España. Quinta Edición. Pp115-136

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Sirvent, Ma. Teresa (1998). Nociones Básicas de Contexto de Descubrimiento y Situación Problemática. Facultad de Filosofía y Letras, UBA. Buenos Aires.

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Bibliografía ampliatoria

Sautú Ruth (2005). Manual de metodología. Construcción del marco teórico, formulación de los objetivos y elección de la metodología, CLACSO, Buenos. Aires.

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Ministerio de Educación de la Nación (2009). Documento metodológico orientador para la investigación educativa, INFoD, Buenos Aires.

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Otra bibliografía para ampliar
No disponible en formato digital para su difusión

Bourdieu Pierre (1995). El oficio del sociólogo, Siglo XXI editores, 18va. Edición en español, Buenos Aires.

Berger P. y Luckmann (2006), La construcción social del objeto, Amorrortu editores, Buenos Aires.